Resulta realmente inusual que un asteroide logre cruzar la atmósfera sin antes desintegrarse en el camino, pero 2023 CX1 fue la excepción cuando iluminó la noche, detonó como una bomba y se estrelló en suelo francés, un evento que marcó un récord para la ciencia astronómica.
Sushi en microgravedad: la NASA sorprendió al revelar la dieta de los astronautas en la Estación EspacialEl 12 de febrero de 2023, un objeto inesperado cayó en el norte de Francia. La bola de fuego recorrió encendida por el cielo lo que no solo habitantes del país pudieron atestiguar, sino que incluso vecinos de Inglaterra también admiraron. Esta era la vez número siete en la historia en que los astrónomos pudieron predecir la caída de un asteroide, unas siete horas antes del impacto.
El asteroide que detonó como una bomba
Alrededor de las 16:00 horas, 2023 CX1 iluminó brevemente el cielo mientras se desintegraba sobre el noroeste de Francia. Tras recorrer el cielo, la roca envió fragmentos ardientes al suelo, un evento inusual que pocas veces ocurre.
La mayoría de los meteoritos se fragmentan lentamente al entrar en la atmósfera. Sin embargo, este no. Se desvió intacto hasta alcanzar una altitud muy baja, de unos 28 kilómetros, y luego detonó de golpe en una única y potente explosión. Este tipo de evento se conoce como "fragmentador abrupto", según indicaron desde el medio The News.
Y la marca más sorprendente ocurrió en la detonación: fue tan potente que liberó una energía equivalente a unas 29 toneladas de TNT. Mucha energía liberada en un solo punto. Tras la explosión, fragmentos del asteroide, llamados meteoritos, cayeron al suelo sobre la campiña de Normandía.
El asteroide tenía aproximadamente el tamaño de una pelota de playa (alrededor de 72 centímetros o 28 pulgadas de diámetro) y pesaba alrededor de 650 kilogramos (1.433 libras).
Un hito para la defensa planetaria
En los siguientes minutos y horas, los científicos de la NASA y de la Agencia Espacial Europea pudieron calcular la ubicación y el momento de su descenso con una precisión sin precedentes. Los observatorios de todo el mundo unieron sus fuerzas para estudiar cada aspecto de su recorrido, utilizando una variedad de instrumentos científicos.
Este evento es un hito muy importante para la defensa planetaria. La inesperada forma en que explotó el asteroide demostró a los científicos que incluso las rocas espaciales pequeñas y comunes pueden ser más peligrosas de lo que se creía si se comportan de esta manera.
Si un asteroide más grande hiciera lo mismo, la onda de choque en la Tierra podría ser mucho más fuerte y más localizada, lo que podría cambiar la forma en que nos preparamos y respondemos a tales amenazas.